n. 23 (12): Prácticas de lectura y escritura. Sujetos, materialidades, literacidades. Julio-diciembre 2021
A lo largo del tiempo, las prácticas de lectura y escritura han estado intrínsecamente ligadas a procesos civilizatorios de gran envergadura. Los rituales, cánones, dispositivos, procesos de apropiación, lo mismo que las dinámicas que las influencian y tienden a modelarlas, conforman un objeto de estudio que aporta a la comprensión de proyectos culturales de sociedades enteras. Dada su complejidad, su análisis precisa para su desarrollo, perspectivas teóricas interdisciplinares y de marcos metodológicos diversos.
Las significativas transformaciones de estas prácticas, asociadas al crecimiento exponencial de información y la ubicua presencia de tecnologías digitales, emplazan interrogantes de gran relevancia para la investigación educativa: presenciamos cambios en los soportes de lectura y escritura, diversificación de lógicas editoriales y de consumo, preminencia de lenguaje audiovisual en la producción de contenidos y expresión de ideas, combinación de géneros textuales, distintos esquemas perceptivos, requerimientos éticos y formas de autoría. Asistimos igualmente al declive de antiguas jerarquías y referentes, lo mismo que de hábitos, ritmos, tiempos y espacios considerados en otro tiempo propicios para la lectoescritura.
En el ámbito escolar, es posible identificar transiciones relevantes en diversos planos: procesos de enseñanza-aprendizaje, modalidades educativas, formas de gestión docente, evaluación de desempeño, estructuras y andamiajes institucionales, lo mismo que los usos y apropiaciones de diversos dispositivos técnicos para el manejo de información y la producción de conocimientos. Otros descentramientos ocurren en espacios laborales, principalmente donde las prácticas de lectura y escritura se encuentran sometidas a reglas institucionales, ya sean tácitas o explícitas, por considerarse indicadores de competencias de ejercicio profesional. Paulatinamente, se recomponen ciertas prácticas de lectura y escritura vernáculas, aquellas que surgen y se desarrollan fuera de ámbitos institucionales. Son prácticas autogeneradas a partir de motivaciones individuales o de grupo, que no se encuentran sujetas a reglas o cánones rígidos. Pueden ser tan variadas como los propósitos que las animan y los contextos en los que tienen lugar; frecuentemente menospreciadas, adquieren sin embargo enorme relevancia en el plano del análisis cultural.
Por otra parte, la progresiva intersección entre contenidos de cultura popular y textos científicos promueve una creciente hibridación de prácticas; este fenómeno social resulta evidente en las formas de producción y recepción de lo textual con procedimientos distintivos del hipertexto, y en la creciente mediación de plataformas digitales gobernadas por algoritmos, donde se despliegan parte importante de las consultas en bases de datos de toda índole, tanto las de sociabilidad como las consideradas profesionales o académicas, que pueden ser a la vez base de interacciones sociales entre los sujetos que en ellas leen y escriben.
Coordinadoras del número: Diana Sagástegui Rodríguez, Yolanda González de la Torre y Myrna Carolina Huerta